domingo, 30 de noviembre de 2008

TU VIDA EN 65 MINUTOS



Durante mucho tiempo creí en el azar, que caprichoso nos sorprendería cada día con un conjunto de sucesos, sucesos que inconexos urdían la trama de la razón y el empirismo. Concebía al ser humano con demasiados grados de libertad, sólo la suerte se me escapaba y antojaba rebelde.
Pero ¿qué es el lo que ocurre cuando las casualidades adquieren sentido? ¿cuando sentimos que formamos parte de un todo? Sin abandonar la razón, pero yendo más allá, aceptando otro tipo de condicionantes a los que nos vemos expuestos: sociales, religiosos, instintivos, educativos... por citar algunos. Es necesario aceptar que parte de nuestro destino nos es ineluctable, que determinadas vivencias nos esperan, y que los sucesos que nos acontecen no son más que las piezas de un puzle, el gran puzle de la vida que dificilmente podremos llegar a comprender.
No por ello la vida adquiere sentido, pero si, que en determinadas ocasiones podremos llegar vislumbrar, una pequeña porción de los píxeles de una imagen que dibujamos, cuyo visión global, si tenemos suerte, llegaremos a percibir durante los últimos instantes de nuestra vida.
No quiero con esto decir que la voluntad no exista, y que somos víctimas pasivas del destino, sino que muchas de las experiencias que tenemos, tienen una causa, y que las personas entran en nuestra vida, es porque tienen conflictos similares a los nuestros, y ayudarnos a superarlos es la consecuencia de esa afinidad.

martes, 18 de noviembre de 2008

DISCOS Y DISCOS

En ocasiones, compramos discos que creemos vamos a seguir oyendo toda nuestra vida, en principio su contenido nos seduce, y pasado un tiempo, cuando los recordamos resulta que tan solo los llegamos a escuchar en una ocasión. En el presente te los nombran, alguien dicen su nombre y se han convertido en un vago recuerdo en algún lugar de tu mente.
Otras veces sin quererlo, encuentras un disco olvidado, entre un montón de libros en los que hacía tiempo no andabas, se encontraba escondido, derrepente sin meditarlo, este disco que tantas cosas evoca, se convierte en la banda sonora de tu día a día. Ya no huele a pasado, ahora ves en él cosas distintas, se ha convertido en otro y percibes otros instrumentos, agudos que no sabías existían, bajos que revelan su complejidad, algo que en otro momento no alcanzaste a percibir.
Me encanta redescubrir los discos que el paso del tiempo cambia, generalmente han madurado y mejorado, tu percepción también es otra, así que se trata de discos nuevos, otros discos.
Ahora escucho un nuevo disco, por descubrir, emocionante y al mismo tiempo desgarrador y entristecedor: "I'm a bird now de Antony and the Johnsons" . No sé si llegará a formar parte de la BSO de mi vida, son cosas que sólo el tiempo puede desvelar.

jueves, 13 de noviembre de 2008

SIN ESTRELLAS


A veces es necesaria la distancia,
mirar desde un lar lejano dónde estamos,
con calma, despacio, y en susurros meditar sí somos,
poner en la balanza los sellos de las heridas.

Hay una gran crueldad en el abandono,
una tristeza insondable que la soledad no puede mitigar,
le persigue el castigo,
en la más oscura de las noches sin estrellas.

Te toco y te escapas
el deseo habita una tierra a la que no se puede morar.
Y ahora que estamos moviéndonos en la esfera de los recuerdos,
donde cada imagen tiene un nombre y cada lugar una fecha,
un rumor siempre trae la norma,
hasta que un día podamos conciliar la lucha de la que partimos.

viernes, 7 de noviembre de 2008

LUIS GARCÍA MONTERO

Imaginar los sitios posibles donde estabas,
verte llegar sin noche a La tertulia,
reconocer tu voz apresurada
al contar una anécdota
o preguntar por mi,
saber que nos mirábamos antes de conocernos,
son capítulos largos de mi vida.

Supongo que también te dejarán a ti
este mismo vacío,
esta impaciencia por estar sin nadie
mientras se nos olvida
todo el calor que duele de olvidado.

El naufragio es un don afín al hombre.
Después de que sucede
suelen tener las huellas
esa incomodidad que tienen las mentiras,
el recuerdo es un dogma,
la soledad el pecho que tu me acariciaste.

Pero cambiendo de conversación
el tiempo-buen amigo
que deforma el pasado como el amor a un cuerpo-
hará que cada día no parezca un disparo,
que volvamos a vernos una tarde cualquiera,
en un rincón del año y sin sentir
demasiada impotencia.

Será seguramente
como volver a estar,
como vivir de nuevo en una edad difícil
o emborracharnos juntos
para pasar a solas la resaca.

Igual que quemaduras debajo de los dedos,
en un segundo plano
seguiremos presentes y esperando
ese momento exacto del náufrago en la orilla,
cuando al salir del mar me escribas en la arena:
sé que el amor existe,
pero no se dónde lo aprendí.

Luis García Montero
DIARIO CóMPLICE; Libro primero.